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Ramon Cano

Imagenes Del Banco Del Retablo Mayor De La Seo

Su construcción fue acometida por el obispo Andrés Martínez Férriz en los años finales del siglo XV, si bien su estado actual corresponde al tercer cuarto del siglo XVI. En los años finales del siglo XVII la capilla padeció una esencial remodelación por la que se pusieron en los muros laterales unos cuadros ornamentales de estuco policromado imitando incrustaciones de mármoles de colores y jaspes con motivos geométricos y jarrones de flores. Frente a la capilla de San Andrés estamos con el trasagrario y la puerta de acceso a la capilla mayor.

Solicitado por el obispo Fonseca a inicios del siglo XVI, aúna formas del gótico final con el Plateresco, primer Renacimiento hispano. Filigrana pétrea de cinco calles enmarcadas por pilares, lo encabeza el soberbio políptico de Nuestra Señora de la Compasión, siete tablas con los Dolores de la Virgen obra de Jan Joest de Calcar encargada por el obispo Fonseca en Flandes en 1505. Sobre sus armas, el escudo de los Reyes Católicos, y en las calles laterales, San Bernardo a los pies de la Virgen, el calvario de San Ignacio de Antioquía y estatuas de santurrones. La construcción del retablo fue entre las últimas actuaciones que se realizaron en la antigua iglesia del Pilar, llamada de Santa María, tras sufrir graves daños en un incendio el año 1434 o 1435 que destruyó la primitiva Capilla de la Virgen. Durante todo el siglo XV, se emprendió una perfeccionada reconstrucción del templo gótico-mudéjar que se extendió hasta 1515, año en que se dan por concluidas las obras en el momento en que el retablo del altar mayor estaba prácticamente terminado.

Jornadas De Puertas Abiertas

Según la historia de historia legendaria, en el siglo III la princesa bretona Santa Úrsula, para proteger su honra y antes de ser entregada en matrimonio al pagano heredero de Inglaterra, solicitó peregrinar a Roma acompañada de tan extenso cortejo. Recibida por el Papa y cumplido su deseo, a la vuelta del largo viaje todas y cada una fueron martirizadas en Colonia por el rey de los hunos, que sitiaba la ciudad. Esta capilla del costado norte estuvo dedicada en origen a la Santísima Trinidad. Cuando en 1612 fue cedida a Juan Jerónimo Alonso de Córdoba, canónigo y abad de Lebanza, éste mandó realizar aquí el sepulcro de sus amigos Jerónimo de Reinoso y Martín Alonso de Salinas, próximos a Santa Teresa de Jesús, y en honor al primero se cambió la advocación de la capilla, dedicándola a custodiar las reliquias de San Antolín. Aquí estuvo el cuadro de San Sebastián del Greco el día de hoy exhibido en el Museo Catedralicio. Recordemos que en la primera fase, responsable de la cabecera, con influjo de las de Burgos y León, se documenta al profesor Ysambart; la segunda llega hasta el segundo transepto, y la tercera concluye la obra.

imagenes del banco del retablo mayor de la seo

Mucho antes del hundimiento de la torre, ésta ya había empezado a ofrecer muestras de los problemas estructurales que tenía, pero no fue hasta mediados de 1675 en el momento en que se plantearon una sucesión de medidas para su refuerzo y consolidación. Sabemos que los tirantes se pusieron, pero probablemente no dio tiempo a la consolidación de los convocados contrafuertes ya que el 21 de junio de 1676 la torre acabo cayendo. En el 2019 se localizaron documentos de la época, S.XVII del derrumbe, que describen los intentos de remarcar la torre por su estado deplorable, y de ver como se podía dejar la iglesia una vez hundida, a fin de que no hubiese efecto dominó y se hundieran mucho más tramos de la nave y la situación en el templo. Las bóvedas no fueron cerradas hasta muy avanzado el siglo XIV o se practicó entonces una reestructuración de las cubiertas, cuando menos en la parte central de la nave.

Retablo Portada De La Capilla Sacramental

La catedral románica se derribó salvo los ábsides semicirculares que eran de piedra realmente bien escuadrada . Los albañiles que construyeron la catedral gótica de Zaragoza no eran franceses, sino de por aquí, e incluso varios de ellos moros , pues se habían experto en este trabajo. Por eso el estilo gótico fue aquí interpretado desde una óptica propia, que en arte denominamos mudéjar. Esta obra, que sirve de fondo a la capilla mayor románica de la catedral, es el más esencial legado del estilo gótico-septentrional que se mantiene en Navarra. Pedro Díaz prueba aquí una sólida formación artística, demostrada en las ubicaciones más cuidadas del retablo como son el banco, las puertas laterales o las cabezas del apostolado. Para el resto es clara la participación de colaboradores, dentro de un discreto nivel de calidad.

Hablamos de una tradición entre los palentinos para soliciar que se cumplan sus deseos. En el muro norte de Sant Pere se tienen la posibilidad de observar pinturas murales de esta época y asimismo se ha conservado una imagen de talla de madera de la Virgen, hoy en día en el ábside de Santa Maria. La iglesia de Santa Maria se adosa al viejo ábside y se construye un nuevo transepto y nave primordial con un cimborrio central en el crucero, sobre el que se dispone el campanario en el exterior.

Andamio Para La Limpieza Del Retablo Mayor De La Catedral De Sevilla

Finalmente efectuó un retablo para la capilla de Mosen Marco Miguel Garcés, canónigo de Tarazona, en la basílica de Nuestra Señora del Romero, en Cascante. La obra, restaurada hace algunos años, se encuentra en el lugar para el que fue destinada, la capilla de San Marcos, situada en el lado derecho del presbiterio. Hablamos de un retablo, de mediano tamaño, encabezado por una talla del titular en madera policromada.

J. RODRÍGUEZ RECHI Pero en sus aspectos estilísticos está la clave de este escultor. Porres argumenta que «a Balduque le debemos frente todo la creación de tipos iconográficos muy marcados, con amplia influencia en las tierras andaluzas tal como en el Nuevo Planeta. Fija por poner un ejemplo el prototipo del crucificado o de las imágenes marianas de las Vírgenes con el niño». Por su parte, el instructor José Roda Peña resalta que «solo dos crucificados documentados llegaron hasta nosotros. Los dos, concebidos para los áticos de los retablos mayores de Santa María de Cáceres y Santa María de Medina Sidonia».

Las construcciones cristianas de finales del siglo IV configuran un grupo de edificaciones donde resalta una basílica de una sola nave con ábside semicircular y con dos capillas funerarias laterales. Muestra un pavimento de mosaico con motivos geométricos y figurativos y algún elemento iconográfico cristiano. Tras el ábside encontramos un baptisterio con piscina cuadrada central y delimitada por un templete de columnas que configura una planta octogonal. En los pies de la iglesia, múltiples cámaras destinadas a empleo funerario y región residencial, con un patio-impluvium.

Pero indudablemente las piezas centrales del tesoro pilarista son un Libro de horas del siglo XIII, una caja de marfil árabe del mismo siglo, una carta autógrafa de Santa Teresa de Jesús y, fundamentalmente, el Olifante de Gastón IV de Bearn. Hablamos de un cuerno de caza de marfil tallado de principios del siglo XII que donó al templo en 1135 la viuda del adalid de la conquista de Zaragoza, doña Talesa de Aragón, como contribución a la novedosa iglesia cristiana poco después de ser reconquistada Saraqusta. Al final, en el centro de la sala, está ubicada la maqueta en madera de la Santa Capilla que hizo Ventura Rodríguez en 1754 para que sirviese como modelo del templete. Tras la conquista de Zaragoza por el rey Alfonso I de Aragón en 1118, el templo estaba en estado ruinoso, y el obispo Pedro de Librana hubo de acondicionar la iglesia para su culto católico. Tiempo después, comenzó en ese sitio la construcción una iglesia románica cuyas obras no finalizaron hasta el siglo XIII.

En el tramo de los pies se abren 2 arcos apuntados para dar paso a una capilla y al pórtico de entrada, probables restos de la obra primitiva. La torre, de estilo mudéjar, está situada a los pies, centrada respecto a la nave y adosada a esta, si bien de todos modos es la iglesia la que se adosó a la torre. Recorriendo unos pocos metros llegamos a la plaza del Pilar, la tercera más grande de Europa, y que luce por su templo barroco, uno de los centros de peregrinación mucho más importantes dentro del planeta católico. Es asimismo un centro artístico de primer orden que reúne obras de gran valor de distintas épocas.

A finales de ese año reinició su actividad en Cataluña contratando un retablo para la iglesia de los Beatos Justo y Pastor de Barcelona, en colaboración con Martín Díez de Liatzasolo y Juan Tours, escultores residentes en esta ciudad. Forment rescindió ese contrato, pero lo hicieron los otros 2 artistas según la traza presentada por él. En el siglo XIV fue ampliada con el estilo que imperaba por entonces, el gótico, siendo de esta temporada los ábsides superiores y el muro de la Parroquieta, que se considera como la obra cumbre del mudéjar zaragocí, estilo al que asimismo pertenece el cimborrio. Entre los siglos XVII y XVIII se realizaron la torre barroca y la portada clasicista.

Elfacistol central es obra de 1884 y sobre él se encuentra la talla de Cristo Crucificado de principios del siglo XVII. Se encuentran en el coro varias lápidas sepulcrales de madera tallada, encontrándose al pie de la sillería la del deán Villalón en un relieve con ricas vestiduras y una inscripción de 1538. Esta lauda debió colocarse en 1800 para substituir la antigua sepultura de piedra del deán. Muestra planta de tres naves – más amplia la central – con 4 tramos, siendo estos cuadrados en las naves laterales y rectangulares en la central. El crucero consta de cinco tramos, con el central cuadrado, y cabecera de profundo ábside central en hemiciclo entre pares de capillas semicirculares y cuadradas.

  • En la parte de abajo de los asientos hay trabajos de taracea con inscrustaciones de boj amarillo.
  • Está realizado por el retablista y escultor portugués Cayetano de Acosta entre los años 1756 y 1764.
  • El castillo está formado por un muro de 40 metros que tiene dos torreones y entre ellos una puerta a la que se llega salvando un foso excavado en la roca; quedan restos de otro torreón hacia la población que permite imaginar la extensión del recinto; la obra primitiva semeja del siglo XII, remodelado en el XIX.
  • No se detalla como ha podido ser, pero según los documentos de la temporada, charla de 2 tramos, el primero parece ser que, sin ventanas, solo el arco que serviría para que la última ventana de la nave tendría luz y el segundo probablemente con 2 ventanas por cara, así habría más campanas, son suposiciones.
  • Desde el año 1998 se hicieron procesos de restauración y museización del grupo.
  • En el sotobanco están las cabezas de los apóstoles pintadas sobre medallones; se complementa la obra con sendas puertas laterales con las figuras de los apóstoles Pedro y Pablo y con los ocho profetas que se muestran en el guardapolvo.
  • Se le atribuye como obra primera el sepulcro de alabastro del arzobispo Pedro de Cardona en la catedral de Tarragona.
  • Justo al lado de esta plaza podemos encontrar el Teatro Romano, construido a lo largo del siglo I y también que viene dentro en el tejido urbano.
  • En los muros laterales este mismo escultor efectuó en yesería estucada de imitación de mármol una Aparición de la Virgen a San Antonio y el Tránsito del mismo beato.
  • Inicialmente destinado a “San Joaquín” en la actualidad, y tras múltiples traslados por diversas zonas del templo, se encuentra presidido por la imagen de “Santa Catalina de Alejandría” tallada por los hermanos de Messa para el altar previamente citado.
  • Mientras, 4 turistas contemplan una de las joyas de la catedral, el retablo renacentista de la capilla mayor, con tablas de Juan de Flandes, pintor flamenco que murió en Palencia en 1519, e imágenes del profesor francés Felipe Vigarny y de Gregorio Fernández.
  • A escasos metros de esta zona, junto a la calle Mayor, se encuentra la plaza Santa Marta, llena de bares y terrazas ideales para tapear y más con la llegada del buen tiempo.

Las calles están separadas entre sí por esbeltos pináculos de tracería flamígera. Tiene 2 cuerpos primordiales, desde la base y hasta un tercio de su altura, es de piedra, el resto de ladrillo. Un aficionado a la historia, ahora lo puso en duda y con pruebas sólidas como que aún hay los restos del primer tramo de la torre, pero en el otro extremo, aun de esta forma, prosiguieron dando por bueno lo que narraba Yanguas y Miranda. De hecho, no se conoce qué ha podido mostrar ahí, aunque el resto de elementos y el mensaje que transmite la Puerta, relativo al Día del Juicio Final, señala que en el tímpano debió lucir originariamente una imagen de Cristo-Juez. Reconstrucción de las dovelas policromadas, por Blanca Aldanondo para el libro del que es autora adjuntado con Diego Carasusán, “La puerta del Juicio.

Fue construida en 1754 por idea del arzobispo Francisco Ignacio de Añoa y Pecho sobre diseños de Ventura Rodríguez. Es un espacio cerrado por muros al que se ingresa mediante un pórtico de mármol negro y jaspes ocres a terrosos rematado en frontis triangular y con puertas de nogal talladas con un relieve en el que se muestra el blasón del arzobispo promotor de la obra por Ramírez de Arellano. Asimismo contribuyó a su aspecto bizantino de hoy el Marqués de Peralada quien dio la idea de dotar al santuario de su característica silueta de cúpulas y torres, que fueron erigidas en su mayor parte entre 1796 y 1872, año en que se consideró terminado el templo.

Retablo Del Altar Mayor: Riqueza De Imágenes Y Mazonería

Así, y aparte de otros datos, no sería desacertado meditar que tal vez sustentando las capaces ménsulas que se muestran en los flancos de la base hubiese 2 figuras de atlantes (Adán y Eva) siguiendo así la estela de otros retablos mayores del dúo Pedro de Arbulo-Juan Fernández de Vallejo. De la misma forma, resulta evidente la artificiosidad con que está planteado el primer cuerpo. Tan sólo contrastar que en el banco principal aparecen historias en relieve de 2 socorridos temas de la Pasión (Oración en el Huerto y Camino del Suplicio) y tondos con relieves de San Marcos y San Juan Evangelista.

El espacio está concebido como un baldaquino en el templo y está ubicado bajo el segundo tramo de la nave central. La planta es curvilínea de cruz griega de remates redondeados en planta, cubierta por una cúpula central elíptica, sobre un entablamento que discurre sinuoso en una línea de 4 lóbulos. La cubierta se horada en con transparencia que dejan pasar la luz y se adorna todo el grupo con estatuas exentas en las cornisas y conjuntos escultóricos en relieve según un programa que incluye la necesidad de realzar la camarilla de la Virgen, situada fuera del eje a la derecha del espectador. Los juegos de curvas y volúmenes están en deuda con la obra de Bernini y Borromini, con la arquitectura bizantina, el rococó y el neoclasicismo. El altar está encabezado por el enorme retablo mayor de la Asunción, correspondiente a la Iglesia previo, realizado por el escultor Damián Forment‏‎ en el siglo XVI, siguiendo los modelos impuestos del retablo gótico de la vecina catedral zaragozana del Salvador .

Las escenas laterales, en contraste a la central, tienen mayor horizontalidad, dando la impresión de sobra antigüedad que el centro. Todas y cada una de las situaciones están separadas por figuras sobre ménsulas y los siete relieves en su parte de arriba terminan en una concha. En 1511, en un documento que reproduce Ponz afirma que “Forment contrató por 1200 ducados de oro la realización de la obra, comprometiéndose a hacerla en siete años y que se hicieran pulseras de fusta y el resto de alabastro». Este documento semeja linkear con el que Miguel Gilbert había firmado cuatro años antes. El significado maléfico de esta parte acaba con la imagen de una sirena, en forma de mujer-pez, peinándose y con un espéculo en la mano, atrapando con su cola a un niño desvisto, claro ejemplo de la seducción femenina, apoyado en el canto XII de la Odisea.